Llega la hora de recapitular lo sucedido en la edición número 23 del Festival Internacional de Benicàssim. La edición que será recordada como la de la definitiva recuperación del festival que más ayudó a la época de dorada de la música al aire libre concentrada en un fin de semana (largo), con su éxito y gran repercusión mediática, pero que durante los últimos años había tenido problemas para convencer a la gente para comprar el abono. El record absoluto de asistencia en un sólo día (el de Red Hot Chili Peppers) con 52.667 fibers y el gran dato de público total con 177.000 asistentes son una gran noticia para que los próximos años pueda competir por tener el mejor cartel del año en Europa.

Los buenos datos de asistencia acarrean otra buena noticia. Apenas se ha notado en esperas en barras, baños e incomodidades que suelen ir asociadas a este volumen de público (puede que ayude el tener 13 FIB a nuestras espaldas para evitar parte de ellas) y la organización ha estado más presente en controlar los flujos de gente para mejorar la seguridad del evento. También reconocemos el esfuerzo por tener una oferta en alimentación para gente con alergias y vegetarianos y veganos, que aunque debería ser normal desgraciadamente no siempre lo es.

Una de las cosas peores que nos hemos encontrado es el sobre precio que hemos tenido que pagar en algunos locales de restauración fuera del recinto (también con el alojamiento ocurre algo parecido). No todos los sitios se aprovechan, pero los que lo hacen hacen de menos a una ciudad que lleva muchos años conviviendo con el festival de manera admirable.

En cuanto a los conciertos más destacados podemos hablar de la vuelta en forma de Ride, de la sorpresa de Kaleo, de la fiesta de Joe Crepúsculo o Las Bistecs, de la nostalgia bien entendida de Liam Gallagher, lo excitante de ver que es siempre a una gran banda (aunque no seas fan de ella) como Red Hot Chili Peppers,  de ver uno de los mejores grupos de los últimos 20 años de nuestro país como Love of Lesbian o el fin de fiesta perfecto de Kasabian. Pero puestos a elegir vamos a elegir como concierto del FIB 2017 el de La Casa Azul. Guille Milkyway es uno de los mejores compositores de pop y su propuesta sigue estando a la vanguardia compaginando diversión y elegancia.

Crónica FIB 2017 por días