El año pasado nos llevamos una grata sorpresa en nuestro primer Festival Gigante. Acostumbrados a festivales de tres o cuatro días con muchos escenarios, es casi un alivio encontrarse uno tan cómodo, con dos escenarios principales y un tercero pequeño, sin grandes solapamientos, sin largas distancias que recorrer y sin muchas esperas. Un festival hecho con cariño en el que sentirse como en casa, sin agobios y sin perderse nada.

El viernes son una obligación – más que agradable por supuesto – los grupos que aparecen en letras grandes. Love of Lesbian no son precisamente una sorpresa, pero no por ello podemos dejar de recomendarlos (sobre todo después del gran concierto del FIB). Son un seguro de vida. Fuel Fandango encabezando un festival como este es una prueba de donde han llegado Alejandro y Nita con su Aurora, publicado el año pasado. Niños Mutantes, Depedro y Los Coronas completan un repoker de artistas nacionales de mucho nivel. Se notará que con tanto artista nacional el público tendrá menos reparos en ponerse a cantar y además seguro que todos nos sabemos los setlist casi al completo.

El sábado no hay que perderse a Kokoshca, que pronto subirán puestos en los carteles de muchos festivales. Es un gustazo como se están animando los programadores de festivales en convocar a otro tipo de artistas no tan habituales como Lichis o Coque Malla;  hace un tiempo la diversidad no era precisamente habitual en este tipo de conciertos. Por supuesto tampoco son una sorpresa ya León Benavente, a los que en poco tiempo nos hemos acostumbrado que sean cabeza de cartel. Pero si tenemos que elegir dos bandas que nadie se puede perder son The Gift y Nada Surf. A los portugueses, ahora de vuelta con nuevo disco y habituales de nuestro país, hace bastantes años que no les vemos en directo pero damos fe que sorprenderán a los que no los conozcan. Y Matthew Caws, Daniel Lorca, e Ira Elliot forman uno de los grupos de power pop con más clase de este siglo. Ahí queda eso, a ver quien tiene valor para no ir a escucharlos.