El concierto de Joshua Tillman en La Riviera nos creó en principio sensaciones encontradas. Por un lado una gran alegría por la oportunidad de ver a un artista único que no se prodiga demasiado por nuestro país y menos fuera de festivales. Por otro, el miedo de hacerlo en una sala en la que las sutilezas musicales son difíciles de disfrutar, sobre todo como es el caso, si había un buen aforo – aunque menos del esperado quizá por el elevado precio de las entradas – y si el público no estaba por la labor de estar en silencio (lo que desgraciadamente es bastante habitual, más en conciertos como este en los que por increíble que parezca hay gente que va solamente para decir que ha estado y se pasa todo el rato hablando). Pero enseguida nos llevamos una doble sorpresa: la mala fue que entramos 5 minutos antes de la hora acordada (21:30) y el concierto ya había empezado (algo inexplicable) y la buena que había un silencio reverencial escuchando al bueno de Tillman.
Pues bien, Father John Misty acudía ayer a su cita en Madrid a presentar su último trabajo Pure Comedy y a dar una clase magistral, como si se tratara de un profesor universitario hipster, elegante y barbudo, a sus fans. Su actitud en el escenario se asemeja a la de uno de los más grandes en esto de presencia escénica, Nick Cave. Aunque el australiano más que repasar la lección lo que hace es un exorcismo a los asistentes, Father John Misty con tan sólo 36 años es ya un alumno muy aventajado.
Afortunadamente nos enteramos que Pure comedy y su desnuda interpretación con tan sólo un piano de acompañamiento al inicio era la primera canción de un set list que iba a ser demoledor. Enseguida nos encandiló su gran calidad vocal, además de la forma de contar las canciones, siendo un interprete más que un cantante. Total entertainment forever, Things it would have been helpful to know before the revolution, Ballad of the dying man sonaron antes de Nancy from now on, el primer amago del público a cantar junto a él. Desgraciadamente según avanzaba el concierto esto fue en aumento, como el intento de grabar partes de la actuación con los móviles en alto.
Estuvo poco comunicativo hasta los bises, apenas un par de tímidos «Thank you» tras los aplausos después de sonar por ejemplo Only son of the ladiesman o True affection, su particular momento bailable en el que se arrancó con su característico estilo. Con When you’re smiling and astride me, This is Sally Hatchet y The night Josh Tillman came to our apartment llegaba la confirmación de la enorme clase de la banda que le acompañaba, 6 músicos más él mismo que se intercambiaban guitarras acústicas y eléctricas, bajo, piano, sintetizadores y batería.
La recta final aguardaba la mejor parte de su repertorio. Y es que en un concierto sin fisuras como el de ayer se agradecía que Tillman acudiera a los extremos de sus habilidades. Ganaba cuando se acercaba a lo más íntimo o lo más rockero, siempre con su personal estilo teatral y dramático. Antes de la primera despedida tocaron Bored in the USA sólo con piano de acompañamiento, I´m writing a novel, Hollywood forever cemetery sings y I love you, Honeybear. En los bises antes de So I’m growing old on magic mountain se mostró más comunicativo y agradecido con el público y cerró la noche con Holy shit y The ideal husband.
El reverendo John Misty predicó ayer en La Riviera y a más de uno nos convenció de ir siempre que podamos a su iglesia.
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