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Crítica de ‘El Pasajero’ de Depedro

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Jairo Zabala vuelve con nuevo trabajo tres años después. La espera ha sido larga, pero es que no para quieto y sus interminables giras, o las que comparte con Calexico, no le dejan llevar un ritmo mayor.

El disco comienza con Panamericana, toda una declaración de intenciones, que continúa la línea temática en las letras de sus tres discos anteriores (Depedro, Nubes de Papel, La Increíble Historia de un Hombre Bueno). Siempre en la frontera, Depedro cuenta la historia de 26.000 km de carreteras que atraviesan América y en la que circulan tantas vidas y relaciones personales. Entonando el canto de vidas truncadas y separadas por la frontera y la promesa de un país donde no hay hambre ni miseria.

¿Hay Algo Ahí? y La Casa de Sal tienen algo en común. Son la vuelta a casa después del viaje – no siempre real y si metafórico – para encontrar algo a lo que agarrarse, un sitio al que llegar y resguardarse. En la primera a la trompeta que ya le ha acompañado otras veces (sin ir más lejos en Panamericana) se suma un saxo. En La Casa de Sal demuestra que además del gran guitarrista que es, su talento vocal le sitúa como uno de nuestros cantantes con más personalidad. En DF comparte voces con Bunbury y no podía pegarles más la colaboración. En el «Defectuoso» puede pasar de todo hasta terminar la canción con una radio local sonando y dándole el toque multicultural de la ciudad mejicana.

Muchas de sus letras suelen contener una filosofía de hermandad y amistad, que implica otra forma de vida. Sólo viajando y conociendo otras culturas puedes vaciarte de prejuicios y ser como él, de ningún sitio y de todos. Déjalo Ir Antes que Anochezca son buena muestra de ello, de ponerse del lado de los marginados. Déjalo Ir anima a seguir adelante, dejar los problemas atrás, luchando a pesar que «el aire está cada vez más duro» y Antes que Anochezca tiene esa preciosa guitarra llorosa (o Llorona como su maravillosa versión del clásico de Chavela Vargas) que anima a levantarse y bailar a los desfavorecidos.

Gigantes cuenta con la colaboración de Naim Amor. Es ya una marca de la casa que se rodee de buenos amigos, como miembros de Vetusta Morla, Tony Allen (baterista, uno de los fundadores del afrobeat) o los más estables intercambios con Calexico. Es uno de nuestros cantautores con más influencias y mejor asimiladas por su propia personalidad. Se me ocurren pocos ejemplos que se le acerquen, tal vez Xoel López se pueda parecer, aunque sus referentes americanos tiran más hacia el sur.

Ser Valiente es una de las canciones, junto con La Casa de Sal, en las que está más presente el cuarteto de cuerdas, con arreglos de Tom Hagerman de Devotchka . Todo un acierto, veremos como se lleva al directo tanta delicadeza. El disco termina con la delicada y preciosa Miedo, palabra que Jairo no quiere nombrar porque se contagia.

Algo que me pregunto desde hace años con Jairo y su Depedro (además de si tendremos la suerte de volver a ver en directo La Vacazul) es por qué a pesar de un aceptable reconocimiento del público (el 14 de enero presentará su álbum en la gran sala La Riviera de Madrid), cuesta tanto verle en festivales nacionales. ¿Todavía tenemos que andar con prejuicios sobre la música en castellano?

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