Con un aforo alejado del sold out, a pesar que no se prodigue mucho por la capital y probablemente por unos precios en las entradas algo elevados, se presentaba Chan Marshall el pasado viernes 2 de noviembre en el Teatro Circo Price para dar una auténtica lección de clase y elegancia.

Cat Power, el proyecto que ocupa a la cantante norteamericana desde hace casi 25 años, vive un buen momento creativo, con el más que recomendable último disco recién publicado, Wanderer y en su paso por España lo ha demostrado en sus apariciones en directo.

El Circo Price es un recinto perfecto para un show así. Puede que sea el sitio con mejor sonido, donde mejor se ve desde casi cualquier lado y donde se consigue que haya mayor silencio y respeto a los artistas de la capital (aunque en esta ocasión algún impresentable gritó en medio de alguno de los momentos más íntimos de la actuación, ¿cuándo aprenderemos?).

Aunque se notaba algo de incomodidad con el sonido en los primeros compases, enseguida cogió el pulso al repertorio y alternó casi siempre dentro de su vertiente más íntima (lástima que no se anime en más ocasiones por su versión más rockera) sonidos que van desde el pop, el folk, el soul o las canciones con «más olor a vaca» como diría el gran Julio Ruiz (que seguro estaba bien atento a las evoluciones de Chan Marshall sobre el escenario).

Su demostración vocal (jugando con dos micrófonos que acercaba y alejaba de su voz) y su maravillosa banda arrasaron en su algo escasa actuación de 1 hora y 15 minutos. Dejando con ganas de más a un público que a poco que tuviera sangre en las venas salió de allí con los pelos de punta tras su minimalista interpretación casi a solas en el escenario con su guitarrista en una suerte de bis final y su sentida despedida.