Los olvidados del Capitalismo

The Florida Project habla de gente rechazada y en los márgenes, que se parece mucho en todas las ciudades del mundo y que en este caso sobrevive como bien puede encerrada en moteles de carretera que se quedaron a medio camino cuando el parque temático ideado por Walt Disney pensaba extenderse. Es por tanto algo así como el reverso tenebroso del brillo de Disneyworld y por tanto del sueño americano. Con la suerte para el equipo técnico y artístico de la película de no tener que idear y fabricar un decorado sino que ese No Lugar existe tan colorista y deprimente como aparece en pantalla.

Uno de los puntos fuertes de la película es el trabajo de sus actores tanto los adultos como los niños. La carrera de Willem Dafoe algo irregular por momentos, alternando trabajos magníficos en grandes películas (La sombra del vampiro, Anticristo, Pasolini) con algunos proyectos alimenticios, alcanza aquí una de sus más altos logros en una película modesta y alejada de los excesos que en ocasiones tiñen de histrionismo sus interpretaciones. El empleado de un motel olvidado en medio de la nada que encarna, actúa como un padre para los niños que allí viven. Esta siempre en el tono justo entre cariño y alejamiento protector porque en cualquier momento las familias pueden tener que irse (o echarlas el mismo) y no se quiere encariñar demasiado, lo que llega a afectar a su vida personal también desordenada.

El desparpajo y naturalidad de los niños, en particular de Brooklyn Prince es impresionante, alejándose de la repipi interpretación de muchos niños en Hollywood y convirtiéndose en la verdadera protagonista de la película. Su personaje asiste mientras deambula por parajes abandonados por el Capitalismo a la vida de sus mayores, no sólo su madre, si no también los de esa especie de familia en que se convierte todo el entorno. Porque en el fondo el Dinero sólo hace dos distinciones, los que lo tienen y los que no. Y comprueba al final, viendo el camino al que se ve obligada su madre a tomar, que le va a ser muy difícil escapar de su futuro.