Amor a distintas velocidades
Carlos Marqués Marcet sorprendió hace tres años con la modesta 10000 km, con la que además de encandilar a crítica y público triunfó en el Festival de Málaga y ganó premios Gaudí y el Goya a director revelación.
Para su segundo trabajo ha vuelto a hacer una historia íntima con tres personajes principales y apenas uno de reparto (Geraldine Chaplin). Es curiosa la relación que mantienen los miembros del reparto aparte de la familiar entre las Chaplin. Tanto Oona como Natalia han tenido papeles importantes en Juego de tronos y en Black Mirror y David y Natalia fueron los protagonistas casi exclusivos de 10000 km. Esas relaciones previas al rodaje seguro que fueron clave para uno de los mayores aciertos de la película. La enorme naturalidad de las interpretaciones y la frescura, amistad y amor que desprenden entre ellos.
La sinopsis no desvela tramas complicadas y dramas lacrimógenos. Se echa de menos de vez en cuando algo de sencillez como en este caso – que no superficialidad – en el cine. Una pareja que vive en una barcaza en los canales de Londres tienen opiniones diferentes sobre cuando ser madres y es entonces cuando llega un amigo de Barcelona y se ofrece como posible donante de semen. La metáfora de vivir en un sitio no estable y que siempre está en movimiento queda clara desde el inicio así como la relación entre los personajes que desprenden distintas emociones según la pareja que observemos y que van cambiando a lo largo del guión, visibles gracias al gran trabajo de los actores.
Marqués Marcet deja a sus personajes respirar. Así en un primer desencuentro entre la pareja, Kat sale corriendo perseguida por Roger y no se hablan, no hace falta. Las discusiones no son imprescindibles para que el espectador lo entienda y tampoco para solucionar el problema. El exceso de explicación es uno de los principales males del cine comercial actual. El director consigue con elegancia, pulso narrativo (con unas acertadas elipsis) y sentido del humor hacer una película, una comedia romántica con tintes generacionales de las buenas y no es un género en el que abunden los buenos trabajos. Y transmitir lo difícil de conseguir una buena amistad y un amor perfecto, porque los sentimientos no siempre viajan a las mismas velocidades.
2 comentarios sobre “Crítica de ‘Tierra firme’ de Carlos Marques Marcet”
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